Ser DJ no está mal, es cool, la gente te pregunta con cierta admiración como funciona este aparato, para qué es este cable y un sin fin de cuestiones técnicas que despiertan la curiosidad de tus amigos y hasta de tu novia.
Desde el año 2.006 aproximadamente hemos visto una explosión de los auto proclamdos DJ’s. Ahora el vecino mezcla, tu mejor amigo se compró el último dispositivo de Native Instruments y tal vez hasta al leer esto recuerdes que instalaste Virtual DJ en tu equipo.
El problema con la escena musical de los deejays no es su aumento; es que se colocó de moda ser DJ. La cuestión de mezclar va más allá, es una pasión, no se debe ser DJ por querer llamar la atención, por ser el más popular entre las mujeres, por ser la más «sexy», ni mucho menos por creerte más que los demás.
Por lo anterior se ha dado el fenómeno de que todos son DJ’s, pero muy pocos tienen la técnica, hablar de pitch, bpm y compases es ingresar en un territorio desconocido, el lenguaje para mezclar se ha visto simplificado a una palabra: «SYNC», donde el software hace la magia de mezclar, mientras el DJ al otro lado del equipo solo debe preocuparse por mover sus manos en el aire o sonreir para las fotos, así surgió la moda de DJ’s cuyo logotipo tiene más trabajo que toda su carrera junta.
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