Después de años marcando el pulso del techno mundial, Charlotte de Witte presenta su esperado álbum debut homónimo, lanzado bajo su propio sello KNTXT. Este trabajo no es solo una colección de pistas: es una experiencia inmersiva creada para clubes oscuros, mentes abiertas y corazones que laten al ritmo del bombo.
“Siempre he sido una clubber de corazón”, explica la DJ y productora belga. “El club me enseñó lo que es la libertad, la conexión y la identidad. Este álbum refleja quién soy, de dónde vengo y lo que sigue inspirándome: la pista de baile”.
Desde el inicio con “The Realm”, el disco invita a perderse en una energía hipnótica. Luego, temas como “No Division” exploran sonidos metálicos y mecánicos, mientras “Vidmahe” combina techno acelerado con cánticos espirituales que rozan lo ritual. Otras piezas, como “Higher”, alivian la intensidad con voces suaves y ritmos quebrados, mientras “The Heads That Know” destaca por su potencia vocal y su espíritu de madrugada en un warehouse.
Incluso en los momentos más duros —como “Domine” o “After the Fall”— el álbum mantiene un tono casi sagrado: voces corales, texturas de órgano y una producción que suena más a ceremonia que a rave. El cierre, “Matière Noire”, baja las pulsaciones con un spoken word en francés, como el amanecer tras una noche eterna.
Más que un debut, este álbum es una declaración de fe en la cultura del techno: un viaje emocional y físico donde el sonido se convierte en devoción.
“Charlotte de Witte” ya está disponible en todas las plataformas de streaming.